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Un domingo 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, falleció Hebe de Bonafini.  Madre de dos hijos desaparecidos, dedicó su vida a luchar contra los culpables de los delitos de lesa humanidad, y a reivindicar la vida de las y los desaparecidos, sosteniendo la bandera de los derechos humanos como uno de los pilares fundamentales de la democracia.

En los últimos 40 años Hebe se ha convertido en el símbolo de una identidad política transformadora, siempre del lado de las personas desprotegidas y en contra de las injusticias, lo que le costó numerosos ataques y descalificaciones. Su carácter provocador siempre buscó desenmascarar verdades dolorosas, sin caer en banalizaciones.

Sus principios éticos y morales la han mantenido joven e incansable en su lucha contra el clasismo y los mandatos de la sociedad patriarcal.

Su vida y su obra, su ejemplo de compromiso y entrega con las causas populares, constituyen un legado que nos acompañará por siempre, guiándonos en el camino de la defensa de los DDHH y la Memoria, Verdad y Justicia pero también de la lucha contra la impunidad y el neoliberalismo.

Fuente: Universidad Nacional de las Artes.