A 66 años del bombardeo a Plaza de Mayo
EL 16 de junio de 1955 la Plaza de Mayo se convertía en escenario de un cruento bombardeo aéreo que dejó más 350 muertos, entre ellos dos trabajadores bancarios y dos mil heridos. Fue perpetrado por oficiales de la Marina y la Aeronáutica, quienes, en un intento de asesinar al entonces Presidente Constitucional Juan Domingo Perón, descargaron 14 toneladas de explosivos sobre el centro de Buenos Aires. Resultó la jornada más sangrienta del siglo XX en la Argentina.
Los conspiradores buscaban matar a Perón y derrocar al gobierno que había empoderado a la clase trabajadora.
Aquel jueves nublado y destemplado, gran número de público asistía a un desfile de reivindicación de la Bandera nacional cuando a las 12.40, 40 aviones de la Aviación Naval y la Fuerza Aérea dejaron caer bombas sobre la Plaza de Mayo.
En la primera oleada las bombas que lanzaron impactaron en un trolebús lleno de pasajeros, quienes perecieron en medio de las llamas.
Perón se refugió en los sótanos del edificio Libertador y pudo así ponerse a salvo de los atacantes; sin embargo, las incursiones seguirían.
La CGT movilizó columnas de trabajadores a Plaza de Mayo con la intención de defender a Perón, y los golpistas emprenden tres oleadas más contra la Plaza de Mayo y la Casa Rosada.
El bombardeo culmina pasadas las 17, y gracias a la intervención de las tropas del Ejército, leales al gobierno, la intentona fracasa.
Los aviadores huyeron al Uruguay a bordo de las aeronaves que pertenecían al Estado argentino y allí fueron recibidos como asilados políticos por el presidente Luis Batlle.
En la noche, Perón habló por cadena nacional y con un discurso conciliador instruyó la formación de consejos de guerra para los oficiales sediciosos.
Dos meses después, los principales cabecillas de la rebelión fueron condenados, pero el Gobierno no logró sofocar el clima insurreccional al interior de las Fuerzas Armadas. Perón sería derrocado el 16 de septiembre de 1955.
La autodenominada “Revolución Libertadora” instauró una Dictadura y una férrea política represiva contra los trabajadores identificados con el Peronismo que sería proscripto.
Esa línea reaccionaria y genocida encontró su punto máximo en la Dictadura Cívico Militar impuesta en1976