Octubre 29 – Sergio Palazzo participó de la charla inaugural del Curso de capacitación en género y diversidades, organizada por el Observatorio de Géneros y Políticas Públicas (OGyPP), la gremial interna del Banco Nación Seccional Buenos Aires y la Asociación Bancaria.
Lo acompañaron en el panel Claudia Ormachea (Secretaria de DD.HH., Género e Igualdad y Diputada Nacional), Pablo Regnier (Secretario de Finanzas y Secretario General de la CGI del Banco Nación, Seccional Buenos Aires), Victoria Freire (Directora del Observatorio de Géneros y Políticas Públicas), SaSA Testa (Activista trans no binarie) y Daniel Jones (Investigador del Conicet y profesor de la UBA), bajo la coordinación de Marina Moretti (Delegada General de la CGI Banco Nación, Seccional Buenos Aires).
Reproducimos a continuación las palabras de nuestro Secretario General:
“Buenas tardes a todos y a todas aquí presentes. En primer lugar quiero agradecerle a la Cra. Marina la que tuvo la iniciativa de plantear esta jornada y la invitación que me formuló. Agradecerle a los compañeros y las compañeras de la gremial interna, a todos los presentes que se toman un tiempo de su vida para poder participar de esta capacitación o de esta charla. Aprovecho porque sé que la mayoría de quienes están, a los 120 inscriptos, compañeros y compañeras militantes de la organización, agradecer el apoyo que siempre le han brindado a la AB, a la gremial interna y particularmente en mi caso que me toca ejercer la conducción máxima del sindicato.
Nada sin ellos presentes y siendo protagonistas sería posible en esta organización si no fuera por ese apoyo, por esas iniciativas permanentes que tienen que no significa acompañar sino que significa ser protagonistas en los debates, en las discusiones, inclusive cuando hay reclamos, en las marchas, en las huelgas, nada sería posible sin las compañeras y los compañeros al lado, y adelante y atrás, al lado de la dirigencia.
Bien explicabas Marina y seguramente quienes me sucedan en el uso de la palabra, especialistas por cierto y de renombre todos y todas. Seguramente avanzarán sobre lo que significa la violencia de género y todo lo que implica de Ley Micaela. Bien lo decía Marina es una sanción de ley que tiene que ver con la capacitación a todos los trabajadores, funcionarios y trabajadores públicos respecto a la violencia de género y a la violencia contra las mujeres como bien lo explicaron después del asesinato de Micaela y con la gran lucha que llevó adelante su familia.
Uno podría decir mil cosas alrededor de esa ley, de las bondades de la misma, de las implicancias en la sociedad. Pero lo que yo podría decir es que no hay ley, no hay decreto, no hay resolución, ni ordenanza por más que surja, que pueda ser efectiva si no tiene protagonismo de la gente atrás para que esa ley, esa ordenanza, ese decreto o esa resolución cobre vigor y pueda ser implementada. Esto es lo que está pasando con la Ley Micaela en la República Argentina. Y tiene que ver con el contenido y particularmente que le ha dado el movimiento feminista en Argentina y de diversos colectivos a la lucha de género en nuestro país y a la lucha por la inclusión.
Si no existiera ese movimiento, si no existiera esa predisposición de la sociedad o de parte de la sociedad a instalar el debate respecto a los procesos discriminatorios que se han vivido, respecto a los procesos de violencia por más que exista ley no existiría hoy este debate y esta instalación del tema.
Así que lo primero que tengo que hacer es celebrar que en la Argentina de hoy exista el movimiento feminista y de inclusión que instala la discusión de los grandes temas que hacen a la vida, a la violencia, al género, a la discriminación. A mí me parece fantástico que esto suceda, porque sino caemos en la sociedad hipócrita que sanciona una ley o que produce un debate parlamentario con voto favorable o negativo a partir de dar cumplimiento de algo que le están reclamando. Pero cuando detrás está la gente y empuja a la gente, los debates son en serio, se abren profundas decisiones que se tienen que tomar y se implementan las acciones.
Entonces, el primer punto es agradecer vivir en la Argentina de este tiempo, que ha permitido ese tipo de debate y cuando sale una ley de esta envergadura estemos todos viendo cómo implementarla. El secreto no es simplemente implementarla en la administración pública, porque sino sigue siendo discriminatorio si es para un solo sector. Por qué en la administración pública los trabajadores tienen que ser capacitados y los del sector privado no. Precisamente muchas veces en el sector privado es donde menos defensa tiene la compañera trabajadora, el compañero del colectivo trans, el compañero o la compañera que es discriminada porque es donde a veces la actividad sindical es menor y donde no hay reaseguro de los derechos de los trabajadores y trabajadoras precisamente porque manda la fuerza del capital. Y la fuerza del capital y más cuando hay desempleo o condiciones de trabajo indignas es la que se pone por encima por su propio poder.
Entonces a mí me parece bárbaro y éste es el segundo tema que seguramente Claudia lo va a abordar. Con ella hablamos que más allá de una amiga, una compañera, una gran dirigente, hoy tiene que cumplir la función de diputada nacional y representa los intereses del colectivo feminista y que representa los intereses de los trabajadores que ella impulsara. Lo hablamos hace tiempo, y está en eso y lo hablamos en conjunto también con el presidente de la cámara Sergio Massa que ella está impulsando un proyecto para que la Ley Micaela sea también de alcance al sector privado. A mí me parece bien este segundo punto. Por qué solamente el sector oficial del Estado. El sector privado también tiene que estar obligado a implementar programas de capacitación que atiendan la situación de violencia de género y la violencia contra la mujer como es la Ley Micaela.
Asimismo creo que la ley viene a cubrir y su implementación una deuda histórica que se tiene en materia de violencia de género en la República Argentina. Está claro que la historia y seguramente los investigadores y los profesionales abordarán la problemática. Está claro que la historia está plagada de un sinnúmero de hechos de violencia de género que se transformaron en política, porque cuando los hechos son aislados son aislados, porque se atienden desde otra óptica. Pero decididamente era una política social consentir la violencia de género en la República Argentina. Consentir la violencia de los colectivos o la violencia que padecen los colectivos trans en la República Argentina.
Es como era algo que todos despotricaban, pero socialmente lo aceptaban. Entonces me parece que la irrupción de estos movimientos en la Argentina le ha hecho lo suficientemente bien como para que se termine con la hipocresía de tener un discurso y aceptar socialmente otra cuestión.
Así que decirles que desde nuestra organización ha habido siempre una situación de respeto para darle tratamiento a la cuestión de género. Me tocó ser el secretario general e impulsar en el Congreso Nacional Bancario modificar el Estatuto de la Asociación Bancaria.
Dos veces lo hice. La primera vez no encontré adhesión. Fue en el año 98 o 99, que pretendí que se modificara –era congresal por la Seccional Mendoza- el estatuto para incluir una secretaría, en aquel entonces era de la mujer. Ni siquiera había cupo en los partidos políticos, pero en los sindicatos no existían y no había ley de cupo.
Recuerdo que fue atronador la derrota que obtuve en ese Congreso, porque votaron como 150 congresales en contra y 11 a favor, solamente. Votaron en contra incluidas las compañeras. Creo que no hubo una sola mujer en el sindicato que me acompañara en aquella posición. Después tuve la oportunidad de hacerlo como Secretario General e impulsarlo de vuelta. Claro está con otro poder, con otra dinámica y con otra mirada también de la sociedad respecto al tema y planteamos unas modificaciones y creamos, en el 2012, la Secretaría de DD.HH., Género e Igualdad en la Asociación Bancaria.
Modificamos el Estatuto, pero podíamos haber modificado el estatuto y ocupar un cargo. Sin embargo Claudia, que fue desde ese primer día nuestra Secretaria de DD.HH., Género e Igualdad, logró imponer una política dentro del sindicato acompañada hoy por todas las seccionales de la República Argentina.
No digo que hemos terminado con la discriminación, pero se achicó muchísimo la brecha discriminatoria que había con las compañeras en materia salarial, por ejemplo, cuando uno mira los términos del 2012 a lo que es hoy. Se achicó muchísimo la brecha también en temas de jerarquía de nuestras compañeras trabajadoras y además pudimos impulsar y suscribir hace muy poco, que no tiene que ver con la Ley Micaela, pero tiene que ver con la política del sindicato en esta materia y en la inclusión, suscribir con el Banco Nación un convenio que es el primer convenio que un banco firma en el mundo.
Nosotros lo hemos chequeado porque pertenecemos a una internacional que es la UNI, de la cual me toca ser Presidente de UNI Américas Finanzas y lo chequeamos con los países europeos, africanos, de Oceanía y asiáticos y no hay ningún banco que lograra lo que se logró acá con el Banco Nación y lo estamos planteando en otras entidades que es poder establecer, por un lado, un cupo laboral para el colectivo trans y por otro lado la generación de una comisión dentro de la institución para trabajar en políticas de sensibilización, no sólo hacia los trabajadores que tienen que empezar a entender y a comprender que esta es la realidad que se tienen que manejar y mover con absoluto respeto, sino también un proceso de sensibilización con los clientes cuando ingresan al banco respecto a esta situación.
A mí me parece de una envergadura fenomenal y además, como siempre digo, que toda ley, decreto, resolución u ordenanza no tiene sentido si no va acompañada por la decisión política y la protagónica participación de quienes luchamos por esa cuestión de igualdad, también decidimos en ese acto, cómo la implementamos. Son 17 mil trabajadores, empiezan a entrarle aquí de a uno a dos los compañeros y compañeras trans, decidimos que el 5% total de los ingresos semestrales, lo cual es un 10% en el año, de los ingresos que se produzcan en el banco son para el colectivo trans, cuestión que podamos alcanzar la cifra de los 171 que es el 1% de los 17 mil y después sí empieza el 1% del total de los ingresos. Lo cual también se da por decisión política.
Creo que se generó un derecho, se dio una política para que ese derecho sea efectivo y se trate con respeto y a su vez se generaron los mecanismos para que sea efectivo el ingreso y puedan hacer uso de ese derecho.
Así como esto está el tema de la Ley Micaela. Nuestro sindicato fue el primero de la República Argentina que adhirió a la Ley Micaela y dio su capacitación en ese sentido en un Plenario de Secretarios del Secretariado Nacional y Consejo Directivo y luego fue de Secretarios Generales. Y ahora lo vamos a impulsar en el Congreso Bancario que tenemos en unos días en la Asociación Bancaria para que en cada seccional sea obligatorio que a todos sus delegados, en cada banco y en cada lugar donde haya una seccional de la Bancaria tenga la obligatoriedad de implementar lo que es la Ley Micaela y la capacitación que ello significa. Por supuesto que le vamos a agregar más cosas que tienen que ver con la inclusión en la política de derechos humanos del sindicato.
Dicho esto, que pretende ser una mini introducción, decirles para terminar, que siempre que se sucede este tipo de cuestiones y se generan derechos que parece que son y por qué tenemos que generar derechos, porque encontramos estos discursos anacrónicos, yo los he escuchado, pero si son un número chico de las mujeres que sufren violencia. Y por qué tenemos que generar un derecho para el colectivo trans que le da más beneficio. Y bueno porque hay seguramente alguno de Uds. profesional en la materia sabe que existe lo que se denomina el derecho de la discriminación positiva que si a la sociedad no le dan los recursos y las herramientas suficientes, aún discriminando al resto hay que generar un derecho desde ese lugar que es la discriminación positiva o la acción positiva para lograr ese derecho.
Siempre que esto pasa se genera un profundo debate, antes, durante y después cuando se implementa. Nosotros tenemos que tener la valentía de enfrentar esos debates, que son debates profundos, llegan al hueso, a la médula, porque muchas veces no prima la razón en la crítica sino que prima el estado de ánimo y el preconcepto que históricamente tienen arraigado en la sociedad argentina tanto hombres como mujeres respecto a diversos temas.
Nosotros, los que tenemos alguna responsabilidad dirigente, sea pequeña o mucha, tenemos la obligación de dar esos debates, aun sabiendo que en un principio pueden tener algún costo político para nosotros. El tiempo dirá que teníamos la razón. Siempre que hay generación de un derecho la historia reconocerá a aquellos que generaron y tuvieron la valentía de generar por más que al principio eso haya generado algún tipo de costos.
Por eso la AB se siente orgullosa de tener su Secretaría de DD.HH., Género e Igualdad, nos sentimos orgullosos de haber podido tener una compañera como Claudia o como Carlos por Tucumán que están en el Congreso de la Nación y que impulsan ese tipo de políticas que son representativas de la conducción del sindicato y de los bancarios y también nos sentimos orgullosos de cada compañera, de cada compañero que nos acompaña en este tipo de políticas.
Esos debates profundos, al hueso que se originan, pasionales y con preconceptos no tiene que hacernos caer en los que muchos quieren en estos tiempos de una Argentina de pandemia y donde a la derecha la hicimos replegar con una elección, pero recobra fuerzas a partir de que la pandemia genera dificultades en el gobierno. No nos tiene que hacer caer en la globalización de desesperanza que pretende la derecha que caigan los sectores populares. Los sectores populares están compelidos y obligados a discutir generación de derechos, porque cuando vienen los procesos neoliberales lo que hacen es quitar los derechos a la sociedad y el único derecho que respeta es ese grito ensordecedor que hoy entre Bullrich y Etchevehere decían se respetó la propiedad privada, viva la propiedad privada.
Para nosotros es un derecho más de la Constitución, como tantos otros que hay y que no se respetan. Para nosotros es viva la igualdad, viva el artículo 14 bis de la Constitución que le da los derechos a la sociedad argentina y particularmente a los trabajadores y vivan los nuevos derechos de cuarta generación que son los ambientales, los de los colectivos de minorías, los del feminismo, los de la ley de interrupción del embarazo.
Entonces ellos que sigan gritando, Etchevehere, Bullrich viva la propiedad privada. Para eso estamos nosotros del otro lado para enfrentar el debate del resto de los derechos que la sociedad no tiene porque la derecha nunca se los dio y son los gobiernos populares quienes se los tienen que dar. Muchas gracias”.