El Día del Escritor en nuestro país se celebra todos los 13 de junio, en honor al nacimiento de Leopoldo Lugones (1874-1938), un artista que a través de sus variadas obras lideró, sin quererlo, la vanguardia literaria del modernismo de finales del siglo XIX.
Lugones nació en la localidad cordobesa de Villa María del Río Seco, se suicidó el 18 de febrero de 1938 en un hotel del Tigre y además fue la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), la que estableció la fecha de su nacimiento como esta importante conmemoración.
Poeta, narrador, bibliotecario, pedagogo y ensayista, en su obra forjó de hecho una vanguardia literaria que rompió con la herencia hispanista y sentó así las bases de una literatura moderna, siempre en la búsqueda de una lengua propia para nuestro país.
Fue autor de una treintena de libros, entre ellos, «Los crepúsculos del jardín», «Las fuerzas extrañas», «Las horas doradas» y «La guerra gaucha», que fue llevada al cine en 1942 por Lucas Demare.
Para Lugones el rol del escritor estaba unido al destino de su país y, por lo tanto, debía ser parte de su acción política. Admirador de las bibliotecas populares, dirigió hasta su muerte la Biblioteca Nacional de Maestros y contribuyó a diseñar una reforma para la educación secundaria argentina.
Al mismo tiempo, algunos de sus ensayos se constituyeron en hitos de la cultura argentina. Las conferencias que brindó en el teatro Odeón sobre el Martín Fierro, en las que comparaba al guacho con la épica homérica, tienen mucho que ver en su constitución como «libro nacional».
Lugones fue parte de las contradicciones de una época que vio nacer el voto universal en nuestro país, en 1912, y que, a su vez, permitió el Golpe de Estado de 1930. Socialista en su juventud, fue acercando progresivamente sus ideas al nacionalismo hasta el punto de reivindicar el golpe de estado del general José Félix Uriburu contra Hipólito Yrigoyen.
Fuente: Crónica