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En 1919, al culminar la Primera Guerra Mundial, surge un organismo llamado Organización Internacional del Trabajo, acogido por el Tratado de Versalles y reconocido por las Naciones Unidas –en ese entonces Sociedad de Naciones–.

La OIT se conforma como una organización tripartita, inédita en su género ya que se conforma en sus órganos ejecutivos por representantes de gobiernos, trabajadores y empleadores, sentando sus bases en la justicia social como eje principal para alcanzar la paz universal y permanente.

El trabajo minucioso y efectivo llevado a cabo por la OIT durante estos años ha significado grandes avances en el ámbito laboral, como por ejemplo, promover las jornadas de ocho horas; la protección de la maternidad; la legislación sobre el trabajo infantil y su erradicación; la seguridad en los centros de trabajo, entre otros.

La OIT es, a partir de 1946 el primer organismo especializado asociado a las Naciones Unidas, propiciando fundamentalmente el entendimiento entre las partes en conflicto dentro de la relación laboral, teniendo al Estado como un actor fundamental en la mediación y como objetivos esenciales, los siguientes:

1) promover normas laborales, los principios y derechos en el trabajo;
2) incentivar una mayor oportunidad para ambos géneros, con el fin de que obtenga un empleo digno;
3) aumentar la cobertura, y eficacia de la protección social;
4) y fortalecer el tripartidismo y el diálogo social.

En el siglo XXI estamos viviendo un cambio radical en el mercado laboral, poniendo en veda el cúmulo de trabajo que otrora fueron las puntas de lanza del desarrollo.

Hoy, con el crecimiento de la tecnología, se están desplazando las profesiones conocidas, exigiendo a las nuevas generaciones realizar un cambio en su forma para obtener un empleo, conllevando esto a que la OIT deba enfrentar un desafío a la grave situación del empleo informal.

Otros de los problemas principales es el ambiental, como el cambio climático, afecta también el mundo del trabajo en diversas formas; hay creación y reconversión de puestos de trabajo, y en otros casos, pérdida o sustitución de empleos, y éstos son algunas de los temas competencia de la OIT.

Una de las contribuciones más eficaces que puede realizar la OIT es facilitar una visión compartida de los problemas, así como de las medidas y las soluciones que pueden adoptarse en común.

Fuente: Mundo Gremial