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El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, integrado por representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, proclamó la Independencia de Argentina. Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán, coreando el grito de «Viva la Patria». La sesión del Congreso se extendió hasta altas horas de la noche, por lo que los festejos se llevaron a cabo al día siguiente. Este hecho histórico marcó la ruptura definitiva de la dependencia política de la corona española, completando así el proceso revolucionario que comenzó el 25 de mayo de 1810.

Debido a los problemas existentes en las Provincias Unidas, el Congreso se llevó a cabo en Tucumán. Allí, los diputados retomaron las relaciones rompiendo «los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España» y proclamaron a Argentina como «una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli». Además, días después, agregaron a esta declaración «y de toda otra dominación extranjera», dejando claro que no aceptarían ningún sometimiento al rey de Portugal.

El 10 de julio se celebró una misa en el templo de San Francisco, a la que asistieron los principales referentes de la sociedad tucumana. Luego, el 21 de julio, se llevó a cabo una gran fiesta popular en el Campo de Carreras, un lugar simbólico debido a la Batalla de Tucumán. Durante esta celebración, Manuel Belgrano y el gobernador Aráoz brindaron sus primeros discursos en los que valoraron el patriotismo de los combatientes y convocaron al apoyo del pueblo.

Fuente: El Destape