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En 1916 se realizaron las primeras elecciones presidenciales bajo el amparo de la nueva ley electoral (Sáenz Peña), de las que resultó electo como Presidente Hipólito Yrigoyen. Su gobierno tomó una marcada línea nacionalista. Entre las medidas adoptadas en el ámbito internacional, en 1918 repatrió el oro argentino depositado en Londres (14 millones de pesos oro), no tomó nuevos empréstitos, redujo la deuda externa en 225 millones de pesos oro y destinó un importe semejante a aumentar las reservas. Además de frustrar en 1921 un proyecto legislativo de abrir la Caja de Conversión para decretar la libre exportación de oro, evitando la fuga del metal.

En el campo social, sancionó reglamentaciones para proteger a los campesinos y creó cajas jubilatorias para empleados públicos. Dictó medidas para que la Argentina controlara sus transportes, yacimientos energéticos y su propia moneda. Reguló las tarifas de los ferrocarriles operados por capitales británicos, a la vez que se creaban líneas férreas estatales. El estallido en 1918 del movimiento estudiantil de Reforma Universitaria fue apoyado por su gobierno, tomando una serie de medidas a favor de los reformistas. En 1922 fundó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), una empresa estatal destinada a explotar las riquezas petroleras del país. Pese a las iniciativas que favorecieron a sectores obreros y medios, su mandato se vio manchado por tres tristes acontecimientos: la Semana Trágica, la Forestal y la Patagonia Rebelde, con gran cantidad de obreros asesinados a manos de las fuerzas de seguridad al momento de reprimir.

En su segunda presidencia (1928-1930), reafirmó y consolidó los principios de su anterior mandato en resguardo del patrimonio nacional, por medio de la nacionalización del petróleo y la defensa de los intereses populares. No pudo terminar su segundo mandado, ya que fue derrocado el 6 de septiembre de 1930 cuando se produjo el golpe de Estado liderado por el general José Félix Uriburu.

Fuente: Argentina.gob