El 24 de febrero de 1946 se celebraron las elecciones presidenciales que darían el triunfo a Juan Domingo Perón.
La campaña electoral tuvo la particularidad de otorgarle protagonismo al sistema ferroviario: El General y Evita realizaban buena parte de la campaña en un tren impulsado por la locomotora apodada “La Descamisada”.
Durante estas travesías el tren justicialista sufre dos atentados. El primero se produce en enero de 1946 cuando, tras actos de campaña en la región de Cuyo, un obrero ferroviario descubre explosivos instalados en las vías por la zona cordobesa de Río Cuarto debiéndose detener el tren hasta normalizar las condiciones del trayecto. El segundo incidente tiene lugar a principios de febrero del mismo año, cuando retornando de actos en Rosario el tren que trasladaba a Perón y a Evita sufre un corte en un eje de un vagón producto de un sabotaje, afortunadamente sin mayores perjuicios para los pasajeros.
Tras casi dos meses de campaña, finalmente el 24 de febrero se realizan los comicios electorales. En un marco fuertemente controlado por el Ejército, la fórmula Perón-Quijano obtiene el 52,84% de los votos (1.487.866) contra el 42,87% que cosecha la Unión Democrática (1.207.080).
Es para señalar también que esta sería la última elección presidencial en que las mujeres no podrían votar, restricción eliminada gracias a la firma de Perón y al fuerte impulso de Evita que permitirían a casi cuatro millones de mujeres sufragar en 1951.
De esta manera, los trabajadores accedían al Gobierno de manera democrática en lo que serían 10 años de justicia social, soberanía política e independencia económica.