12 de agosto de 2016 – La Corriente Federal de Trabajadores realizó su presentación oficial en un acto multitudinario en Ferro, en el que Sergio Palazzo tuvo a su cargo el cierre.
Con este título, que sigue teniendo actualidad -aunque el impacto del Covid-19 agravó la situación nacional-, la CORRIENTE FEDERAL DE TRABAJADORES DE LA CGT, que integra la Asociación Bancaria, produjo una declaración el 20 de noviembre de 2019. Es bueno releerla ante los problemas y los desafíos de este crucial año 2020. Sobre todo cuando en estos días de mayo tienen lugar difíciles negociaciones sobre la deuda externa que nos impusieron el Sr. Mauricio Macri y sus cómplices del mundo empresario.
NOS LLEVARON AL CAOS
“Hoy, 20 de noviembre, conmemoramos la gesta de la Vuelta de Obligado (1847), cuando en inferioridad de condiciones, fuerzas patriotas enfrentaron a una flota imperialista anglo-francesa que invadía las vías navegables nacionales para imponernos sus decisiones económicas estratégicas. Es, por ello, reconocido como Día de la Soberanía Nacional.
Una vez más lo hacemos señalando que la actual disyuntiva es Soberanía de las Corporaciones -que nos encadena a las decisiones de la usura internacional-, o Soberanía Nacional con Trabajo, Democracia y Justicia Social.
Esas corporaciones que detentan el poder económico y financiero mundial han estado representadas por el Gobierno de empresarios que finaliza el próximo 10 de diciembre (2019). Las organizaciones sindicales que integramos la Corriente Federal de Trabajadores advertíamos, aun antes de las elecciones presidenciales de 2015, que la alianza encabezada por el Sr. Macri obtenía el Gobierno, más allá de sus declaraciones electorales, se impondría, en beneficio de muy pocos, junto a un fenomenal retroceso político, social y económico, la financiarización de la economía.
Esa alianza triunfó, imprescindible hoy recordarlo, por escaso margen debido a las divisiones en el movimiento nacional y popular. Desde el primer día su compromiso de “pobreza cero” se convirtió en cinco millones más de pobres, cientos de miles de indigentes y cada día se suman más con consecuencias humanas irreparables.
Sabiendo de sus mentiras, desde el primer día hicimos frente a sus barbaridades, advirtiendo que el esquema que adoptaba era, no sólo injusto, sino también inviable.
Nos impusieron una fenomenal y continua devaluación, constantes tarifazos, el quebranto de la pequeña y mediana empresa, destruyeron el entramado social y productivo de la Nación. Nos llevaron al caos, que si no predomina es debido a la indudable conciencia y experiencia de los trabajadores argentinos, tengan o no empleo registrado.
Convirtieron nuestros salarios en la variable de ajuste de la economía. Al hacerlo destruyeron la demanda y con ello al mercado interno. A la par, con una regresiva reforma tributaria a favor de los más ricos, desfinanciaron brutalmente al estado, al que convirtieron en un negocio sus amigos y familias.
Se les cedió con ese fin la administración de las empresas y entes del estado, que fue “loteado”, como en el caso estratégico de la energía. Tampoco dudaron en despatrimonializar a la banca pública, cediendo negocios a la banca transnacional.
Para sostener ese esquema perverso acudieron a un demencial endeudamiento que iniciaron, abjurando soberanía, con un ilegal acuerdo y pago a los fondos buitre que litigaban en tribunales extranjeros.
Para cumplir con la usura especulativa, ajustaron desde el primer momento: en la educación y la salud de la mayoría de los argentinos, en los planes de vivienda imprescindibles para las familias, en ciencia y tecnología. Por lo mismo, también cedieron soberanía sobre recursos estratégicos comprometiendo inclusive nuestra irrenunciable reivindicación nacional sobre las Islas Malvinas.
En esa situación, asumimos un compromiso con la unidad del movimiento sindical que hemos mantenido con firmeza; a partir de allí propiciamos la unidad del movimiento nacional y popular. No ha sido fácil. Hemos hablado a través de los hechos, sin caer en la adjetivación de conductas que no compartimos.
Hicimos todo lo posible para que la CGT estuviera activa en todas sus instancias orgánicas, propiciando la unidad alrededor de un imprescindible programa presentando el que acordamos al constituir nuestra Corriente Federal de Trabajadores. No aceptamos complacencias y no dejamos de actuar coherentes con los intereses de los trabajadores.
En enero de 2017, al derogar totalmente el gobierno necesarias limitaciones a los movimientos de capitales especulativos, advertimos “O cambia la política económica, o la Argentina quiebra”.
Y ratificamos nuestros esfuerzos para alcanzar la articulación de un amplio frente para las elecciones legislativas de ese año. Predominó la mezquindad, y la alianza PRO-UCR volvió a obtener nuevos triunfos, tras los cuales potenció su ofensiva sobre los derechos de los trabajadores activos o jubilados.
Pusimos todo nuestro esfuerzo en rechazar sus reformas previsional y laboral. Hace dos años, el 20 de noviembre de 2017, concretamos un encuentro en Luján, que incluyó a otros sectores sindicales, para convocar a una concentración en Congreso el mismo día en el que el Senado trataba la reforma previsional. Fue multitudinaria y contundente, superando todas las expectativas.
No logramos evitar que la agresión a los jubilados se consumara. Pero a partir de ese mismo día comenzó el retroceso político del Gobierno. Ya no lograron imponer su reforma laboral. Los trabajadores y muchos sectores afectados nos movilizamos con fuerza en diciembre de ese año, las convocatorias se hicieron constantes.
A principios de 2018 conociendo los usureros internacionales que su negocio llegaba al límite por incapacidad de pago, cortaron el crédito, y sin restricciones a sus movimientos generaron una brutal corrida cambiaria.
La entidad garante de esas corporaciones financieras, el Fondo Monetario Internacional, ante la evidencia del quebranto que pronosticamos acudió en auxilio del Gobierno, para que nuestro país se siguiera encadenando a una deuda imposible de pagar entrampando a la Argentina.
La realidad de los hechos comenzó a cuestionar a distintos sectores político partidarios dubitativos. La unidad en la lucha de distintas corrientes sindicales y los movimientos sociales creció.
El 20 de octubre de 2018, convencidos de que la unidad alrededor de las históricas banderas de Paz, Pan y Trabajo, es superior al gravísimo conflicto generado por un gobierno de pocos para pocos, confluimos, creyentes y no creyentes, ante la Basílica de Luján para una oración ecuménica convocando a un encuentro de los argentinos ante la gravedad de la hora.
Ya en abril de 2019, ante las dudas de quienes medraron con las responsabilidades delegadas, no dudamos en convocar y ejecutar junto a las organizaciones confederadas en la CGT del Frente Sindical del que participamos, las CTA y los movimientos sociales, un contundente PARO GENERAL, por el que sus referentes, inclusive el compañero Sergio Palazzo, Secretario General de la Asociación Bancaria, sufren incriminación penal por parte de este Gobierno.
La provocación manipulando fuerzas de seguridad, represión –como en diciembre de 2018- y la judicialización del conflicto social fue práctica en este Gobierno. La incriminación también sucedió durante conflictos de actividad; un ejemplo es el compañero Pablo Biró, Secretario General de APLA. La sanciones económicas y administrativas a las organizaciones sindicales frecuentes, tal el caso de APDFA (Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos.También las sufrió la Asociación Bancaria).
En síntesis, no sin esfuerzo, con la participación de la inmensa mayoría de las corrientes sindicales existentes en la Comisión de Acción Política del Partido Justicialista, finalmente se alcanzó la constitución del Frente de Todos, que obtuvo un contundente triunfo en las elecciones de octubre próximo pasado.
EL PELIGRO NO HA CESADO
El 10 de diciembre tendremos un Gobierno surgido de la voluntad popular. Pero el peligro para la Patria, para los trabajadores, para la mayoría inmensa de los argentinos, no ha cesado.
Con perversión el Sr. Macri insiste en dejar montada una auténtica trampa, a pesar de que la realidad le ha impuesto restricciones. El alza de precios está potenciada por la constante devaluación, estratoféricas tasas de interés, una colosal “bomba financiera”, y empresarios oligopólicos desaprensivos.
Los acreedores pretenden condicionar al nuevo gobierno. La posibilidad de que se potencie un proceso hiperinflacionario es ascendente.
El contexto regional es hostil. En Chile se reprime al pueblo que, agotado, resiste un brutal régimen neoliberal. En Bolivia ha tenido lugar un brutal y represivo golpe de estado cívico, policial y militar interrumpiendo el proceso democrático y de avance social presidido por Evo Morales. En Brasil un Gobierno perverso impone también una brutal política neoliberal, a la par que nos amenaza.
PACTO SOCIAL
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, Presidente y Vice electos, han fundamentado la necesidad de un Pacto Social, que nosotros también propiciamos señalando la histórica posición sindical de que, ese pacto, no puede estar restringido a un simple acuerdo de precios y salarios.
Coincidimos con ellos que debe delinear un camino de recuperación y crecimiento con Justicia Social.
Sostenemos que ese pacto necesita debatirse en condiciones sustentables, es decir atendiendo con urgencia cuestiones fundamentales:
● ningún habitante de nuestro país puede pasar hambre, los alimentos suficientes deben garantizarse a todos;
● ninguno puede carecer de medicamentos y atención a la salud;
● por necesidad de las familias pero también de la economía productiva, los sectores afectados por la pérdida del poder adquisitivo en la mayoría de las actividades y los jubilados han de obtener una reparación.
Ello a su vez posibilitará la recuperación del empleo y del sector de la pequeña y mediana empresa devastado por los cierres.
Por nuestra parte, sin resignar los derechos que representamos, no escatimaremos esfuerzos. Pero cabe señalar que esos esfuerzos deben ser acordes a la difícil realidad de las familias trabajadoras.
Creemos que como garantía de ese Pacto Social han de tener en su configuración un necesario protagonismo los trabajadores, tanto de la economía formal, como de la economía popular, los pequeños y medianos empresarios de la industria, el agro y el comercio, el cooperativismo.
DEBEN HACERSE CARGO
Cabe a los sectores beneficiados por las irresponsables decisiones, del que fue “su” Gobierno hacerse cargo y responder en la medida de sus abultadas rentas. En primer lugar quienes hicieron negocios en abierto conflicto de intereses por el que deben responder a la justicia.
Cabe a los profugadores de capitales y evasores de impuestos beneficiarios del blanqueo, responder por las deudas que tienen con nuestra sociedad a pesar de sus subterfugios.
Cabe a los oligopolios formadores de precios y remarcadores seriales responder por sus excesos.
Cabe a las corporaciones financieras y al Fondo Monetario Internacional –contrariando sus propios estatutos–, hacerse cargo de la inexcusable responsabilidad del prestamista que sabe que el prestatario no podrá responder en tiempo y forma, hacerse cargo de que impusieron a sus representantes en la administración de la economía y el Banco Central, en complicidad con el Sr. Macri, como en el caso infame del Sr. Dujovne (Nicolás, Ministro de Economía que fungió como representante del FMI), para sostenerlo en la campaña electoral, como en 2015 en mucho menor medida habían hecho los fondos buitre. Esto no ha sido un error, una vez más ha sido una estrategia criminal y colonialista para someter a la Argentina.
No es que los trabajadores pongamos condiciones. Siempre estuvimos, estamos y estaremos poniendo en primer lugar el interés de la Patria. Sólo se trata de que TODOS pongamos en primer lugar el interés de la Patria, asumiendo las cargas proporcionalmente a las reales posibilidades y responsabilidades que tenemos. Asumimos y exigimos las responsabilidades necesarias para salir de esta trampa.
La Soberanía Nacional y Popular debe comprender a todos nuestros recursos naturales y los alimentos. Por ella, como siempre, respondemos las y los trabajadores que, sin duda, somos la Esperanza».
CORRIENTE FEDERAL DE TRABAJADORES DE LA CGT
DEPENDE DE TODOS, TAMBIÉN DE NOSOTROS
Estamos ante una situación más que difícil: el Coronavirus no está “hecho a nuestra medida”.
Aún, la humanidad, no encuentra la manera de superarlo. Como se sabe la experiencia científica dice que puede llevar largo tiempo.
Estamos limitados, mientras se encuentra el remedio, a tratar por todos los medios de eludir el contagio.
Lograrlo no depende sólo de las decisiones del Gobierno. Ni sólo de las decisiones de nuestros empleadores.
También depende de nosotros mismos.
Sabemos que tenemos hábitos interiorizados. Por ejemplo al relacionarnos con nuestros compañeros de tareas, o al realizar nuestras labores.
Esos hábitos, hoy, pueden ser contrarios a las medidas de seguridad sanitaria.
Las medidas de aislamiento obligatorio, también, pueden ser difíciles de cumplir en los lugares de trabajo por sus características.
Para evitar el contagio son fundamentales:
● Higiene, depende del empleador garantizarla con la frecuencia y elementos necesarios. En lo personal depende de nosotros.
● Aireación frecuente de los lugares de trabajo.
● Distancia interpersonal de 2 metros, medida en nuestro entorno. Depende del empleador garantizarla. Depende de nosotros adoptarla.
No solamente está en juego nuestra salud, posiblemente nuestra vida. En ello está, también, en juego la salud de quienes están con nosotros en el lugar de trabajo, incluso el público, de todos aquellos que están en nuestra realidad familiar y social.
Con estas exigencias es muy posible que todos los integrantes de un mismo plantel laboral no podamos desempeñarnos a la vez en los lugares de trabajo. Los bancos saben que hay que realizar modificaciones. La Asociación Bancaria ha propuesto acordar con ellos medidas concretas por el bien de todos.
Mientras tanto la única solución es que respetemos, ayudemos y hagamos respetar todas las medidas necesarias.
Por todos, por nosotros mismos.
Buenos Aires, 15 de abril de 2020