El 13 de octubre de 1980 le fue concedida la distinción por su lucha en favor de los Derechos Humanos, la que recibió “en nombre de los pueblos de América”.
El reconocimiento permitió, además, dar a conocer al mundo el plan de exterminio sistemático llevado adelante por la dictadura cívico-militar que gobernaba la Argentina en ese momento.
Adolfo Pérez Esquivel fue designado miembro del Comité Ejecutivo de la Asamblea Permanente de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos. Contribuyó con numerosas misiones internacionales en conflictos en Sudáfrica, Afganistán, Oriente Medio y Tíbet, entre otras.
Arquitecto, escultor y docente, durante 25 años se desempeñó como docente y, en 1971, comenzó a involucrarse en movimientos que luchan por la paz y la justicia.
En 1973, fundó el periódico Paz y Justicia que pronto se convirtió en la cumbre del movimiento pacifista y de defensa de los Derechos Humanos en el área de influencia latinoamericana, y el “Movimiento Ecuménico Paz y Justicia” con diversos grupos cristianos.
Durante 1977 y 1978 fue detenido y encarcelado sin proceso judicial, fue torturado y sobrevivió a los vuelos de la muerte. Estando en prisión recibió el Premio Memorial de Paz Juan XXIII otorgado por la Pax Cristi Internacional.
El 14 de octubre, luego de conocerse el premio en Argentina, Adolfo brinda una conferencia en el edificio del Servicio de Paz y Justicia y al día siguiente, luego del comunicado castrense, realiza otra en la sede de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Allí hablará de la necesidad de aclarar el destino de todos los desaparecidos y asegurar el fin de todas las violaciones a los derechos humanos.
Fuente: Radio Nacional