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La fecha rememora aquel 15 de septiembre de 1997 en que la Unión Interparlamentaria adoptó la Declaración Universal de Democracia después de las sucesivas Conferencias Internacionales sobre Democracias Nuevas y Restauradas desarrolladas a partir de 1988 por iniciativa de Filipinas, país que venía de superar 20 años de dictadura.

La Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos también resguardan la libertad, los derechos humanos y la celebración de elecciones periódicas por sufragio universal, que son elementos esenciales de la democracia. Estos instrumentos sancionados por Naciones Unidas consagran una serie de derechos políticos y libertades civiles en la que deben sustentarse las democracias.

“Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto”. De la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Fuente: Unesco