El 26 de agosto, fecha de nacimiento de la beata Madre Teresa de Calcuta, se celebra, en Argentina, el Día de la Solidaridad, porque su testimonio de vida, encarnado con el dolor y el sufrimiento de los más excluidos, es un modelo indiscutible de servicio y amor solidario, capaz de interpelarnos individual y socialmente. La solidaridad es una virtud social que debemos cultivar como pueblo, para que las actitudes de toda la sociedad estén imbuidas de un profundo espíritu de compromiso con el bien común, apartándonos de posturas egoístas, superando la indiferencia y generando actos cotidianos de servicio y cercanía con las realidades de las personas y comunidades más desfavorecidas.
Su verdadero nombre es Agnes Gonxha Bojaxhiu, una monja católica que dedicó su vida ayudar a los pobres, enfermos, huérfanos y moribundos; y obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1979.
El ejemplo de la Madre Teresa de Calcuta fue un reto a la conciencia de la humanidad debido a que impartió valores de solidaridad, respeto, familia, comprensión, esperanza y cooperación. Por todo ello, en nuestro país, desde 1998 se instituyó la fecha de su natalicio como Día de la Solidaridad por el trabajo y sacrificio realizado por el Premio Nobel de la Paz.
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es amor, gózalo.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es aventura, vívela.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es vida, defiéndela.
(Madre Teresa de Calcuta)
Fuente: Municipalidad de Esperanza, Santa Fe