Fue hace setenta y cinco años, el 26 de julio de 1949, que se realizó en Buenos Aires la primera Asamblea Nacional del Partido Peronista, en la que Eva Perón anunció la creación del Partido Peronista Femenino (PPF), con una organización independiente de las ramas masculina y gremial que también integraban el movimiento. Se trató de una experiencia inédita en el mundo.
Para conformar el nuevo partido, Evita designó veintitrés delegadas censistas, que debían ir a cada una de las provincias para sembrar el territorio nacional de Unidades Básicas Femeninas (UBF).
Así fue que el 22 de octubre de 1949, las mujeres partieron a sus destinos con claras instrucciones: inaugurar una UBF para que funcione la sede central del PPF en la provincia, aparte del envío semanal de un informe del curso de las actividades; no podían comunicarse entre ellas para prevenir conflictos internos y tenían que localizar mujeres para ser designadas como “subdelegadas”, siempre con la previa aprobación personal de Eva.
Entre el 29 de octubre y el 5 de noviembre de 1949 se abrieron veintitrés sedes centrales del PPF en cada provincia, y en 1951, a sólo dos años de su fundación, el PPF contaba con tres mil seiscientas UBF en todo el país.
La estrategia del PPF para disminuir el rechazo que muchas mujeres del pueblo sentían por la actividad política, fue lograr que las unidades básicas fueran una extensión pública del rol doméstico, al mismo tiempo que las empoderaba en el ámbito público.
Esta estrategia fue, sin dudas, lo que permitió que este movimiento político alcanzara una masividad notable y extendiera los límites de participación de las mujeres, que hasta el momento había sido tan restringido, a pesar del enorme esfuerzo de las feministas que lo precedieron.
Fuente: Instituto Patria