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El 29 de julio de 1966, un mes después del derrocamiento del presidente constitucional Arturo Illia por parte de las Fuerzas Armadas, el gobierno de facto del general Juan Carlos Onganía intervino a las universidades nacionales, las cuales fueron ocupadas militarmente en el episodio que se conoce como la “noche de los bastones largos”.

Cientos de profesores, alumnos y no docentes que ocupaban varios de los edificios de las facultades de Buenos Aires en defensa de la autonomía universitaria y la libertad de cátedra fueron salvajemente golpeados por miembros de la Guardia de Infantería de la Policía Federal, enviados por Onganía, quien decretó la intervención a las universidades nacionales y la “depuración” académica, es decir, la expulsión de las casas de altos estudios a los profesores opositores, sin importar su nivel académico.

Así, con la excusa de combatir el comunismo, se autorizó el asalto contra la histórica autonomía universitaria. Ya se había prohibido la actividad política de los estudiantes y los órganos tripartitos conseguidos por la reforma de 1918.

La consecuencia de esta noche negra para la cultura nacional fue el despido y la renuncia de 700 de los mejores profesores de las universidades argentinas, que continuaron sus brillantes carreras en el exterior.

Fuente: El Historiador