Octubre 12 – Nuestro Secretario General Sergio Palazzo participó –de manera virtual- del Conversatorio, compartiendo el panel de expositores con la Secretaria General de la Seccional Buenos Aires Alejandra Estoup, la Diputada del Frente de Todos Claudia Neira, el Diputado del Frente de Todos Matías Barroeta Veña y la Directora del Banco Ciudad Delfina Rossi, bajo la coordinación de Silvina Álvarez.
En su alocución Palazzo expresó:
“Agradecer a los compañeros por facilitar este espacio de discusión política porque siempre le hace bien a la sociedad porque pareciera ser de lo que no hay que discutir es de política y en realidad la economía es un instrumento, la política se asignan los recursos y si las sociedades tienen mejor o peor educación pública, si tienen más o menos pobres, si tienen más o menos asistencia social.
El Banco Ciudad, que es el tema que nos convoca, creado hace 142 años que surge como un monte de piedad, que era una casa de empeño, surgió para evitar la usura que se hacía con los sectores particularmente más vulnerables y más desprotegidos.
Ese fue su origen, y tiene entre sus postulados una definición fantástica que dice “debía servir a la clase proletaria”, esa es la ley porque se crea el monte de piedad en 1878 cuando sea crea el Banco Ciudad.
Con el tiempo fue mutando, seis veces cambió de nombre y le fue incorporando actividades de banco para funcionar como tal y siempre hubo dos premisas, una era el alcance territorial que tenía que tener en la Ciudad de Buenos Aires y el segundo llegar con servicios financieros a los diversos sectores desde una banca pública.
Este banco pasó momentos de zozobra como toda la banca pública en la década del 90, cuando los procesos de privatización y venta de activos, a precios viles en la mayoría de los casos por parte del Ejecutivo, era la política de ese momento. Y si el banco Cuidad pudo preservarse en la órbita del estado sin duda tuvo que ver mucho la resistencia de los trabajadores liderados por el sindicato, ya que fue uno de los pocos bancos que no alcanzó a privatizarse. Casi aniquilaron la banca pública y quedaron en pie los bancos Nación, Ciudad, el Provincia y alguno que otro provincial.
El llamado a discutir es la importancia del banco Ciudad como banca pública, creo que en un contexto de financiarización de la economía y de la maximización de la renta por parte del sector privado que opera en el sistema financiero lo que se hace imprescindible es la presencia de la banca pública, precisamente para garantizar servicios fnancieros que sean accesibles y al alcance de todos los ciudadanos.
Ya lo han dicho quienes me precedieron en la palabra, en el sindicato lo hemos dicho por años, hasta el cansancio. La banca pública es la que debe marcar y debe enmarcar presencia en todos los territorios, ya que su visión está inexorablemente unida o atada al concepto de brindar un servicio público sin que ello no signifique no tener también una mirada respecto a ser rentable. Permítanme diferir con algunas opiniones que se ha dicho acá. Creo que la banca pública puede ser tranquilamente eficiente, generar un servicio público y a su vez generar rentabilidad. En esto no es caer en un discurso neoliberal o de derecha sino que significa que las capacidades que puede establecer el banco público a través del volumen de operaciones generan cuando cumple su verdadera función, el innegable y abnegado trabajo de sus trabajadores puede ser que también sea rentable y quitarle ese discurso a la derecha que siempre golpea con ese latiguillo que la banca pública y las empresas del estado autárquica la mayoría de siempre son deficitarias e ineficientes.
Para lograr ese objetivo venía escuchando con mucha atención todo lo que se dijo y se han tocado distintos tópicos, todos por cierto muy atendibles y reales respecto a las deficiencias del sistema financiero y porqué la importancia de la banca pública. Pero para lograr el objetivo de una banca pública eficiente y un sistema financiero distinto me parece que hay que alejarse del objetivo de lo que hacen hoy la mayoría de los bancos que es la banca de inversión o ser simplemente medios de pagos. Estas dos funciones a la que han limitado los sistemas financieros no son sólo nocivas para el sistema financiera, lo son también para la economía. Si los bancos permanecen en su actitud de ser banca de inversiones y medios de pago no vamos a tener sistema financiero posible para el crecimiento de la economía.
En el primer caso, cuando hablo de banca de inversión, de una banca meramente especulativa y altísimos riesgos. Cualquiera que lea los informes internacionales, el 40 por ciento de los activos financieros del mundo están fuera de los circuitos de regulación. El nivel de riesgo es muy alto cuando no existe ningún tipo de regulación. En el segundo caso, haber convertido la banca en un medio de pago también lo vuelve nocivo para la para la actividad financiera, ya que para ello tiene que competir con otros actores que son las fintech o las corresponsalías bancarias, que aprovecho para decir que es una barbaridad que el Banco Central de la República Argentina siga manteniendo una actitud permisiva con este modelo del negocio financiero, uberización del sistema que impulso el macrismo y que nuestro gobierno no ha corregido todavía. Estas empresas que se crean a veces en el garaje de una casa, no tienen costo de regulación, recaudos en materia de lavado de dinero son absolutamente inexistente y pagan salarios infinitamente inferiores a los salarios de los trabajadores bancarios y por ello compiten en forma desleal en detrimento no sólo de los bancos privados o públicos sino también de nuestros propios puestos de trabajo que los vemos amenazados cuando hay una migración de operaciones bancarias hacia esos sectores.
Ni hablar de lo que son las fintech en el mercado financiero. No sólo tienen los vicios que acabo de manifestar a los otros medios de pago sino que además han gozado y gozan de privilegios impositivos inaceptables tal cual el caso de Mercado Libre. Por ello es absolutamente necesario que el sistema financiero y en él principalmente la banca pública retorne a su función principal que es apalancar créditos con los depósitos que reciben y asimismo debemos reclamar un mayor énfasis regulatorio del Banco Central junto a una necesaria reforma de la ley de entidades financieras que sigue siendo la misma ley de Martínez de Hoz y de Videla.
Claudia, en su inicio de la exposición, planteaba que la regla del sistema financiero no van de la mano de la regla de función social que debe cumplir en el caso de la banca pública y esa era la contradicción que ella encontraba cuando era directora, y tiene razón, pero esto hay que resolverlo con una discusión muy seria respecto al rol del sistema financiero modificando la ley de entidades financieras.
Hemos estado hablando también del tema de la pandemia y las crisis. Estamos acostumbrados a crisis hace rato, pero todas las crisis tienen algún componente financiero o un componente de la economía. Si uno mira las grandes crisis se va a encontrar con la crisis del año 30, se va a encontrar con la crisis del petróleo, se va a encontrar con las sucesivas y cada vez más frecuentes las crisis financieras que arrancan con el tequila, el efecto vodka, el caipiriña, el efecto tango y podemos seguir enumerando crisis financieras. Pero esta es la primera crisis que no tiene su origen estrictamente en lo económico, sino que lo tiene en la salud. Es casi como una guerra que excede las cuestiones económicas y parte de un concepto de lo que está en juego es la vida, con lo cual quiero decir que estas crisis acentúan marcadamente la importancia de la banca pública porque equilibra su faceta financiera con el rol social que debe cumplir la banca pública. Es ahí donde nosotros seguramente debemos tener la predominancia del discurso para que la banca pública recobre un rol protagónico en el sistema financiero que lo perdió durante en el macrismo. Y esto seguramente en los meses que vienen vamos a ver más marcadamente el rol de la banca pública tanto en presencia física interterritorial sino también en el otorgamiento del crédito.
Matías comentaba recién que a través de un estudio que hace en el centro que opera y trabaja en informes económicos, sociales y laborales se planteaba muchas veces el tema de los bancos sucursales. Los bancos han aprovechado, y especialmente los internacionales para provocar una disminución de las sucursales por el efecto de la utilización del home office, del teletrabajo con el avance tecnológico en esta pandemia. Y digo que va a ser importante la presencia de la banca pública tanto en la presencia física y territorial como también en el otorgamiento del crédito.
En cuanto a la presencia física y territorial del banco lo digo porque varias sucursales de bancos privados, en especial de la banca internacional, van a empezar con un proceso de fusión de sucursales que les viene impulsado desde sus casas centrales en el exterior por lo que acabo de decir. Es más hay un programa que de cuatro sucursales deben quedar tres después de la pandemia en cada lugar donde tienen sucursales en los diversos países. Por lo cual están dispuestos a eliminar de entrada 25% de sucursales, particularmente los bancos internacionales.
Po esto estoy muy entusiasmado, quiero resaltar, felicitar, acompañar y militar junto a ustedes el proyecto de Matías y los legisladores del Frente de Todos pidiendo mayor apertura de sucursales del Banco Ciudad y sobre todo en sectores vulnerables que es donde más se necesitan esas sucursales. Si hay algo que ha marcado la necesidad de atención al público y de mayor cantidad de sucursales ha sido la pandemia y el avance tecnológico.
Aunque es cierto e innegable que los bancos pusieron a disposición de los usuarios financieros un sinnúmero de herramientas tecnológicas para realizar operaciones cuando empezó este tema de la pandemia. Hemos estado en reuniones la semana pasada con funcionarios del Ministerio de Economía que tiene que ver con este tema de la inclusión financiera. Muchas veces cometemos el error de pensar que inclusión financiera y avance tecnológico son dos cosas que vienen de la mano y por el contrario a veces resultan contradictorias y creo que los trabajadores bancarios deberíamos trabajar firmemente acompañando los procesos de inclusión financiera porque es por el volumen de inclusión financiera que obtengamos cómo vamos a poder preservar los puestos de trabajo que el impacto del avance tecnológico puede terminar deteriorando ese trabajo que nosotros tenemos.
Argentina es claramente un país con poca bancarización, por debajo del 15% de su PBI y está por debajo inclusive de los países de la región y extremadamente por debajo de países avanzados con lo cual la inclusión financiera puede ayudar a que haya más gente con más cuentas que tenga el valor de utilización de las mismas porque es claro que el 75 por ciento de las cajas de ahorra que hay en la Argentina tienen una sola operación y es cuando van a extraer después que han utilizado como cuenta sueldo o como AUH o de servicios de la seguridad social.
Es innegable que el Estado y los bancos pusieron a disposición de los usuarios financieros un sinnúmero de herramientas tecnológicas para realizar operaciones y que la gente se cuidara, pero el diseño de instrumentos digitales no es garantía de la utilización de los mismos por la totalidad o por la mayoría de los clientes de los bancos. Por el contrario, agranda la brecha de conocimiento entre los que saben usar esas herramientas y quienes no saben usarla. Y quienes no tienen conocimientos terminan siendo expulsados del sistema y a una expulsión perversa que responsabiliza al sujeto, al cliente, de una falta que no le es propia, porque es una falta del sistema. La presencia de la banca pública en todos los segmentos sociales y económicos garantiza no sólo los servicios financieros, sino que también a través de sus trabajadores garantizan la democratización del conocimiento de las herramientas financieras que el sistema no se ha encargado precisamente de brindarles esas herramientas a los clientes y usuarios de los bancos.
Un claro ejemplo de esto es lo que pasó durante la primera etapa del aislamiento preventivo, social y obligatorio. La masiva concurrencia del público a las sucursales puso en valor una de las funciones sociales más importantes que hemos tenido que cumplir los bancarios en este tiempo de pandemia que es la asistencia en conocimiento que brindamos a nuestros compatriotas para que puedan en muchos casos no hacer una larga fila y utilizar las herramientas financieras que le da la tecnología para que puedan cuidar su salud en el canal y no estar en la intemperie tomando frío y con la posibilidad de un contagio.
Podría historiar la lucha en defensa de la banca pública que nos han encontrado a mucho de nosotros como protagonistas de los 90 hasta ahora, o los más jóvenes en este período del macrismo donde se pretendió desfinanciar bajo nuevas formas, vaciar las entidades financieras públicas. Los neoliberales de los 90 lo hicieron a lo bruto, vendiendo a precios viles los activos y los neoliberales modernos, acompañados por los medios masivos de comunicación lo hicieron desde otro lugar que es quitarle la función principal que tenían los bancos y dejarlos como una mera banca de inversión que timbeaba igual que un banco privado.
Quisiera terminar con una definición que no me pertenece, pero es tanta la sabiduría de esa reflexión que sería un desperdicio no citarla y no reflexionemos sobre ello. Es lo que pensaba, expresaba y decía ese gran pensador argentino surgido en Forja que fue Arturo Jauretche. Decía con meridiana claridad “el que maneja el crédito, lo orienta maneja la economía de un país. El que maneja el crédito maneja más la moneda que el que la emite. El que maneja el crédito maneja más el comercio exterior que el que compra y el que vende. El que maneja el crédito decide qué se produce en un país, quién lo produce, cómo lo produce, cómo lo vende, cómo lo acapara, a dónde lo exporta y en qué condiciones de plaza. Incide en la Bolsa y en definitiva incide prácticamente en todo, El secreto es la prosperidad o decadencia del desarrollo y el atraso está en gran medida determinada por los bancos”.
Vaya tremenda reflexión para ponerla en valor en momento de la discusión de la banca pública. En definitiva la banca pública desde su rol social rediseña un nuevo sistema financiero en la Argentina, al servicio de la producción, del crecimiento, el desarrollo y el empleo. Y en esto el Banco Ciudad y sus trabajadores deben ser artífices de esa Argentina próspera que se puede dar desde la banca pública.
Con esto termino mi exposición, pretendiendo haber dejado mínimamente algún concepto que sirva para ayudarnos a reflexionar sobre la banca pública.
Pero no podría dejar pasar este día que se decidió hacer este encuentro virtual, que conmemoramos el día de la diversidad cultural de los pueblos sin atar dos cosas. Estas marchas que vemos por estas horas, plagadas de odio, de rencor, de un golpismo a veces explícito y otras oculto, pero en el fondo golpismo al fin, que excede la mera protesta habilitada por la Constitución a todo aquél que lo quiera hacer, porque nos damos cuenta que tiene otros fines.
Se le pide a un gobierno resultados de gestión como si hubiéramos vivido en una normalidad. En realidad es un gobierno que ganó en diciembre, en enero armó su gabinete, en febrero empezó a revisar lo que le dejaban y en marzo tuvo que declarar una pandemia. Analizar la gestión de gobierno y ponerle cargas a un gobierno que no tuvo oportunidad de gestionar en la normalidad sino que lo hizo desde un Estado presente preservando la salud de los argentinos, acompañando lo económico y social con distintos instrumentos, los IFE, los ATP, que es una gran política del gobierno que logró sostener en las empresas a los trabajadores. Un gobierno que ha hecho las cosas que se debían hacer en materia sanitaria, en materia política, económica y social en el marco de una pandemia.
Quiere decir que estos intentos que los califico claramente como golpistas en la Argentina merecen que el 17 de octubre donde los compañeros peronistas conmemoran el Día de la Lealtad sea un día de apoyo popular de todos los sectores al gobierno que encabezan Alberto y Cristina. Está claro que del otro lado está el poder, el establishment, el poder que quiere someter. Muchas veces nos confundimos y creemos que sólo quieren meter presa a Cristina y a los dirigentes políticos que se opusieron. Lo dije alguna vez y lo dije en la Plaza de Mayo en una de las grandes marchas que se hicieron contra el gobierno de Macri y dije en todo caso es el objeto de deseo lacaniano que tienen algunos hombres del poder de poner presos a opositores.
Pero lo que han querido siempre es encarcelar las políticas de inclusión de 12 años de gobierno, que fue precisamente eso, inclusivo y lo que quieren es disciplinar a todos los partidos y dirigentes populares a que no se opongan a las corporaciones y así logran su cometido, golpear un gobierno. Y si logran encarcelar a los dirigentes opositores será el efecto disciplinador que quieran imponerle a los partidos políticos y a la dirigencia. Si logran así este cometido no va a importar si el candidato es peronista, radical, socialista, demócrata o del Pro. Directamente va a ser un candidato donde van a ver matices porque el poder son ellos. Por eso hace falta en un día como hoy no sólo recordar que un 12 de octubre de 1916 asumió el primer Presidente democrático de la Argentina, seis meses después de la Ley Sáenz Peña, que fue Hipólito Yrigoyen y es ahí, donde empieza el poder y el establishment a cuestionar la representatividad de los sectores populares en Argentina. Y el 12 de octubre de 1973 asume por tercera vez Juan Domingo Perón la presidencia de la Argentina después de todos los años a que fue sometido al exilio.
Tomando como ejemplo a esos dos líderes nacionales y de un lado y del otro de este día de marchas hay que multiplicar por cientos de miles el apoyo al gobierno que ayudamos a construir para que hoy ocupe la Casa Rosada y transitar este camino de pandemia todos juntos, sin que nos gane el desánimo, nos gane la apatía y que sigamos teniendo la capacidad de indignarnos ante la injusticia cuando vemos que los que destruyeron y destrozaron el país son los que reclaman libertad, economía y trabajo. Son ellos los que destruyeron todo en cuatro años de gestión y en años anteriores de neoliberalismo.
Quería terminar recordando que los grandes líderes de la política como Yrigoyen y Perón daban muestras categóricas que no los habían quebrado, no los habían vencido y el pueblo llegaba de la mano de ellos a ocupar la primera magistratura. Que sea el 17 de octubre y los días sucesivos los que la sociedad demostremos que estamos dispuestos a sostener el gobierno de Alberto y Cristina porque es la expresión popular que hemos decidido para que nos gobiernen”.