La serie de sucesos que conformaron la explosión popular denominada “Rosariazo” se produjo en un clima áspero contra el gobierno militar, y culminó una escalada comenzada el 13 de mayo, en de Tucumán, donde los trabajadores del ingenio azucarero “Amalia” habían tomado las instalaciones en protesta por el impago de sus salarios.
Mayo de 1969 fue el final anticipado de la dictadura de Juan Carlos Onganía.
El 15 de mayo del ‘69 los estudiantes de Corrientes y Resistencia (Chaco) salieron a la lucha contra la privatización y el aumento del 500% en el precio de los tickets del comedor universitario. En Corrientes la movilización encontró un fuerte operativo policial que reprimió a la multitud con gases lacrimógenos y balas de plomo cerca del mediodía. Cae asesinado Juan José “Chelo” Cabral, estudiante de medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Más de 30 heridos regaron de sangre las calles correntinas mientras los manifestantes se escondían en casas de vecinos.
La noticia corrió por todo el país y Rosario estalló de bronca: el 16 de mayo obreros y estudiantes salieron a las calles contra la represión en Corrientes y la dictadura militar de Onganía. Tras un acto relámpago del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas la policía persiguió y acorraló a un grupo en la Galería Melipal del centro rosarino, donde fue asesinado de un balazo en la frente Adolfo Bello estudiante de economía.
La indignación de la población lleva a que el 20 de mayo la Federación Universitaria de Rosario (FUR) decrete la huelga estudiantil. El miércoles 21 de mayo de 1969 se realiza una Marcha de Silencio en homenaje a Adolfo Bello, junto a la (CGT). La represión policial y militar de la marcha produjo una sublevación generalizada conocida como Rosariazo.
Los estudiantes y obreros, apoyados por el pueblo de la ciudad, levantaron barricadas, encendieron fuegos para disipar los gases y enfrentaron la represión, ocupando el rectorado de la Universidad.
La gran combatividad demostrada en las calles, y su grado de organización para enfrentar la violencia de la dictadura, junto a la unidad obrero-estudiantil del momento, marcaron el camino hacia un período de ascenso de las luchas populares en la Argentina.
El Rosariazo tuvo un efecto en cadena sobre un pueblo cansado de proscripciones, de planes económicos al gusto imperial, de una doble moral que se horrorizaba por las minifaldas de las chicas y cortaba el pelo largo de los chicos, mientras miraban a otro lado ante la cárcel sin motivo, la tortura y el asalto a las universidades.
Fuente: Radio Gráfica