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El 24 de marzo de 1976, una junta militar integrada por los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas derrocó al gobierno constitucional de Isabel Perón. Este nuevo golpe a la democracia, el sexto que tuvo lugar en menos de cincuenta años, fue la dictadura más sangrienta de la historia del país, con miles de muertos y desaparecidos, centenares de miles de exiliados, la derrota del Ejército argentino en Malvinas, la multiplicación por cinco de la deuda externa, el vaciamiento de empresas públicas y la destrucción de gran parte del aparato productivo del país.

Los crímenes cometidos por los militares son hoy denominados en el derecho internacional como “delito de lesa humanidad”. Treinta mil desaparecidos, 400 niños robados y un país destruido fue el saldo de la ocupación militar.

A continuación reproducimos los fragmentos finales de la acusación a nueve integrantes de las juntas militares realizada en 1985 por Julio César Strassera, fiscal en el juicio a algunos de los máximos responsables. En el alegato, que constituye una pieza fundamental en la defensa de los derechos humanos, Strassera concluye: “Los argentinos hemos tratado de obtener la paz, fundándola en el olvido y fracasamos… Hemos tratado de buscar la paz por vía de la violencia y del exterminio del adversario y fracasamos… A partir de este juicio y de la condena que propugno nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido, sino en la memoria, no en la violencia, sino en la justicia. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ‘Nunca más’”.

Fuente: Liliana Caraballo, Noemí Charlier y Liliana Garulli, La dictadura (1976-1983). Testimonios y documentos, Universidad de Buenos Aires, 1996, págs. 118-121.