El 28 de junio de 1919 se fundaba en Estados Unidos la Organización Internacional del Trabajo, marcando un hito en la historia de los derechos laborales y su aplicación a nivel internacional.
En 1919, en el marco de la Conferencia de Washington y la temprana primera posguerra, semanas antes de la entrada en vigencia del Tratado de Versalles, nacía la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En un contexto mundial tan convulsionado luego del fin de la Primera Guerra Mundial y en plena guerra civil en Rusia, la creación de este organismo tuvo una característica distintiva: contaba con un gobierno tripartito integrado por representantes de los trabajadores, los empresarios y los gobiernos, que en su primera composición fue liderado por el socialista francés Albert Thomas.
Esta organización, que se basaba en intentos previos de organizar una estructura de estas características como la Asociación Internacional para la Protección Legal de los Trabajadores, cumpliría un rol esencial al redactar los primeros convenios internacionales en el área laboral, garantizando derechos mínimos para los trabajadores del mundo sin importar su procedencia, buscando garantizar su dignidad y sus derechos humanos. En este sentido, en sus primeros años de vida sancionaría dieciséis convenios internacionales y dieciocho recomendaciones para mejorar la situación de los trabajadores a nivel mundial.
En los años venideros la estructura burocrática de la OIT iría complejizándose al crecer en aspiraciones y dimensiones. Y en 1926 se introduciría un mecanismo de control, aún vigente, para garantizar el cumplimiento de los convenios internacionales, que consiste en la presentación de informes por cada país de forma anual, donde deben informar hasta qué punto se está llevando a cabo lo pactado en los acuerdos suscritos en ese Estado. También, se creó un comité de juristas independiente, la Comisión de Expertos, que presenta un informe de situación a la OIT de forma anual junto a recomendaciones para el mejoramiento del funcionamiento de la organización…
En la actualidad la OIT ha impulsado 190 convenios laborales, el último de ellos en 2019, el cual apunta a la lucha contra el acoso en el ámbito laboral. Este número tan elevado se explica ante la dinámica cambiante del ambiente laboral en el transcurso del siglo XX, en especial ante la creciente globalización del trabajo que llevó a impulsar constantemente normas que busquen garantizar los derechos de los y las trabajadoras sin importar su origen ni residencia.
Hoy, la Organización Internacional del Trabajo se encuentra ante desafíos importantes. La necesidad de seguir impulsando la igualdad de género en el ámbito laboral es clara aunque aún quede un largo camino por recorrer, siendo un signo claro el hecho de que la OIT jamás ha sido dirigida por una mujer hasta la fecha.
Asimismo, la creciente robotización de la industria a nivel mundial abre un nuevo campo de posibilidades para los derechos laborales que deberá ser recorrido, surgiendo la necesidad de nuevos convenios que ocupen esta área.
La Organización Internacional del Trabajo, hoy a 104 años de su fundación, ha luchado por garantizar derechos laborales en todo el mundo desde una perspectiva multilateral, abarcando tanto al trabajo industrial como al rural. Al igual que los logros conseguidos por la OIT a lo largo de los años, los desafíos del mañana son considerables.
Fuente: UBA Centro de Estudios de Política Internacional