Los satélites artificiales de comunicaciones son un medio muy apto para emitir señales de radio en zonas amplias o poco desarrolladas, ya que pueden utilizarse como enormes antenas suspendidas del cielo.
Dado que no hay problema de visión directa, se suelen utilizar frecuencias elevadas en el rango de los GHz (unidad que mide frecuencia con que ocurre cierto evento) que son más inmunes a las interferencias; además, la elevada direccionalidad de las ondas a estas frecuencias permite «alumbrar» zonas concretas de la Tierra. El primer satélite de comunicaciones, el Telstar 1, comenzó a funcionar en órbita en 1962.
Pero la primera transmisión de televisión vía satélite se llevó a cabo el 3 de mayo de 1965. Los satélites comerciales funcionan en tres bandas de frecuencias, llamadas C, Ku y Ka, y la gran mayoría de emisiones de televisión por satélite se realizan en la banda Ku.
No es conveniente poner muy próximos en la órbita geoestacionaria dos satélites que funcionen en la misma banda de frecuencias, ya que pueden interferirse. En la banda C la distancia mínima es de dos grados, en la Ku y la Ka de un grado.
Esto limita en la práctica el número total de satélites que puede haber en toda la órbita geoestacionaria a 180 en la banda C y a 360 en las bandas Ku y Ka. La distribución de estas bandas y espacio en la órbita geoestacionaria se realiza mediante acuerdos internacionales.
Fuente: https://www.historylatam.com