Skip to main content

La trayectoria de Banco Hipotecario es mucho más que la biografía de una institución financiera, representa el devenir histórico de una nación y sus habitantes.

En la segunda mitad del siglo XIX, el país comenzó una etapa de cierta pacificación política y social, acompañada de un crecimiento económico producto del desarrollo de tres rubros: la red de ferrocarriles, la inversión inmobiliaria y la industria frigorífica.

La aprobación de los códigos de Comercio, Civil y  Penal (1858); la creación de un Banco Nacional (1872) y la ley de acuñación de monedas (1879) constituyeron hitos institucionales que consolidaron al Estado como garante de la actividad económica.

La depresión económica que castigó a muchas naciones europeas a comienzos de la década del 80 y el auge de la economía doméstica, promovieron la llegada de millones de inmigrantes. La mayoría de ellos se instalaron en centros urbanos y se dedicaron a la construcción, otros se diseminaron por el interior para trabajar la tierra como colonos.

La expansión de la red de transporte público, le permitió -a una primitiva Buenos Aires- crecer en todas las direcciones y multiplicar la cantidad de tierras habitables. Es así como comenzaron a ofrecerse una gran cantidad de lotes con facilidades para su compra. A su vez, surgió una corriente de ahorro interno impulsada por un mayor número de asalariados que percibían sus ingresos en papel moneda. De esta manera, empezaron a darse las condiciones para que la clase trabajadora pueda poner un pie en el primer escalón del ascenso social: la casa propia.

En ese contexto, y luego de algunos intentos por promover la actividad hipotecaria en nuestro país, el Poder Ejecutivo insistió con la necesidad de crear una entidad bancaria destinada a la originación de préstamos para la compra de inmuebles. Es así como el proyecto para la creación de Banco Hipotecario fue remitido al Congreso el 5 de junio de 1885 y, luego de un intenso debate parlamentario, fue sancionado el 14 de septiembre de 1886 y promulgado unos días después por el Presidente Julio Argentino Roca. El 29 de octubre asumió Juan Agustín García la presidencia del flamante banco, que abrió sus puertas el 15 de noviembre de 1886.

En 1915, la cartera de Banco Hipotecaria constituía el 19% de las inversiones en créditos reales colocados en el país, mientras que en 1925 ese porcentaje alcanzaba el 37%. La reforma de la Carta Orgánica de 1919, establecía la posibilidad de otorgar créditos especiales para fomentar la colonización de terrenos en lotes de no más de 200 hectáreas. Hacia 1930, el 50% de los inmuebles de la Argentina adquiridos con crédito habían sido financiados por Banco Hipotecario a través de sus cédulas. Las consecuencias de la crisis internacional de 1929 y el golpe de 1930 contra el Presidente Yrigoyen se hicieron sentir en la actividad, pero hacia 1934 el banco retomó el sendero de crecimiento y la cotización de las cédulas hipotecarias se mantuvo alta, pese al estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Durante sesenta años la cédula hipotecaria argentina fue el instrumento que canalizó el ahorro los argentinos, tanto de altos ingresos como de sectores populares. A su vez permitió atraer los recursos necesarios para poblar el campo y edificar las cada vez más pobladas ciudades. En esta etapa, Banco Hipotecario otorgó más de 200 mil créditos hipotecarios en todo el país…

A mediados de la década del 40, se creó el Sistema Bancario Oficial, cuya estructura conformaban Banco Central, Banco Nación, Banco de Crédito Industrial y Banco Hipotecario.

La nueva Carta Orgánica dispuso que Banco Hipotecario fuese una entidad autárquica, integrada al sistema del Banco Central a los fines de coordinar sus actividades con la política económica, financiera y social del Estado. En adelante, Banco Hipotecario otorgaría sus préstamos con dinero en efectivo suministrado por el Banco Central…

A lo largo de su historia, Banco Hipotecario hizo posible que más de 1,8 millones de familias argentinas accedan a su primera vivienda y a configurar la fisonomía de las principales ciudades del país.

Con sucursales ubicadas en todas las provincias y una sólida situación patrimonial, la actividad de Banco Hipotecario continúa marcando el devenir histórico del país. Pero por sobre todas las cosas, las historias de sucesivas generaciones de argentinos que siguen contando con un banco que los acerca al sueño de la casa propia.

Fuente: hipotecario.com.ar